04-11-2013: Historias de mujeres trabajadoras de las maquilas – Tehuacán, México


Susana 

Cuando Susana llego a los primeros talleres del colectivo era muy tímida y no participaba, pero tomaba atención y apuntaba todo. Llego porque otra trabajadora le hablo de estos talleres.
Participo de 3 o 4 capacitaciones donde trataban de hacer con que hablara, para que dijera que le parecían los talleres, como era su vida…pero no contestaba. Traía siempre una sonrisa, pero sus ojos decían que no estaba bien. Estaba delgada y siempre enferma.
Después de dos años, ya tenía más confianza, empezó a hablar de sus problemas en la maquila y detectar la violencia en que vivía en la relación con su pareja, pero siempre de manera superficial.
Cuando las trabajadoras despedidas injustificadamente de la fábrica Exportadora de Pantalones empezaron su demanda contra los propietarios, le toco a Susana ser líder del movimiento. Ya hacia casi 3 años que participaba de los talleres del Colectivo. Cuando surge el problema, ella fue la principal persona que llevó el grupo despedido para el Colectivo para pedir apoyo. El colectivo se involucró a este asunto, asesorando y acompañando su movimiento que tardo un ano hasta que ganaron su demanda laboral.
Como Susana era quien conocía el trabajo del colectivo y ya había sido capacitada, fue la nombrada en la asamblea como miembro del comité de las trabajadoras despedidas, encargada de hablar en público y dar entrevistas a los medios para denunciar el problema.
Fue ahí donde el colectivo tiene un mayor acercamiento con ella, trabajando sus estrategias del movimiento y el plan del trabajo. Solo entonces ella tubo confianza de contar sus problemas personales y cómo era violentada en su hogar por su pareja: violencia física, psicológica y económica. Sufría mucha discriminación en la familia de su esposo, sus hijos no querían la separación de sus padres y ella no quería dejar su hija con su papa. Por todo esto, soporto la violencia de su pareja. Cuando el colectivo se enteró de esos problemas empezó a darle acompañamiento y hablarle de los derechos que tenía como mujer. Se sentaban a hablar con ella acerca de todos los factores y consecuencias de la violencia. Buscaron estrategias para que ella pudiera salir de esta situación. Siempre de acuerdo con su decisión, si sintiera que era lo que quería y el mejor para ella.
Cuando empezó a salir en los medios de comunicación por la demanda de las trabajadoras de Exportadora de Pantalones, su marido le empezó a retar: como ella, una pendeja, iba a hacer esto? Hasta que ella tomo la decisión de separarse, y esto la lastimo mucho. Pero decidió dejar a su marido y pensaba que había que dejar su hija, una vez que su hija quería quedarse con su papa. Todo el proceso fue una grande pelea y al final su hija decidió irse con ella.
Susana dejo a su casa, llevo casi que solamente su ropa y fue vivir con sus padres. Todo mientras el proceso de la lucha en contra la fábrica por sus derechos, que tardó un año. Al final de todo el conflicto (puedes leer más acerca del tema en la página del colectivo: www.obrerasinsumisas.org) las trabajadoras salieron victoriosas, y Susana decidió a involucrarse y ser parte integrante del Colectivo Obreras Insumisas. Ahí fue donde empezó a fortalecer más sus conocimientos y detectar nuevas habilidades que tenía.
Dentro del colectivo, decidieron que ella era la indicada para tomar un proyecto porque ya estaba bien capacitada. Entonces, se tornó la responsable por el proyecto de la Cooperativa Hormigas Trabajadoras (Lea sobre la cooperativa aquí)
Ahora, Susana es la coordinadora del proyecto de autonomía económica, la cooperativa de mujeres. Está en un proceso muy intenso de capacitación para aprender nuevas herramientas, como la representante de la cooperativa.Historia contada por Reyna Ramîrez,
Colectivo Obreras Insumisas
www.obrerasinsumisas.org